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El pastor Greg Laurie relata el momento aterrador durante la adolescencia con las drogas que ‘lo abrió al mal’

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Greg Laurie, pastor de Harvest Christian Fellowship en Riverside, California, compartió esta semana una historia aterradora de su juventud que “[lo] abrió al mal” y lo ayudó a encaminarse para encontrar a Jesús.

Laurie, conocido por sus Harvest Crusades de evangelización, no siempre fue creyente. De hecho, antes de encontrar a Jesús, consumió drogas de joven y se metió en la escena hippie.

Pero un encuentro aterrador permanece con él décadas después, un momento que ayudó a cambiar su trayectoria.

“Después de tomar ácido una noche en mi adolescencia, tuve un ‘mal viaje’”, escribió Laurie en una publicación de Facebook. “Fue una experiencia que realmente me sacudió; Sentí que me abrió al mal”.

En un clip de audio publicado en YouTube y vinculado en la publicación de Facebook, Laurie explicó cómo un amigo le presentó la marihuana en la década de 1960. Al principio, fue cauteloso, pero después de usar la droga, le hizo crecer una afinidad por el LSD.

Pronto, Laurie dijo que el mensaje de «amor libre» que dominaba la cultura en ese momento comenzó a impregnar su corazón y su mente.

“Pensé, ‘Oye, ahí es donde está. Ellos tienen la respuesta’”, recordó.

A medida que Laurie exploraba más el LSD (también conocido como ácido), dijo que sentía que estaba entrando en una nueva dimensión y viendo las cosas a través de una luz más fresca y nueva.

“Empecé a tomar LSD, a tomar ácido”, dijo. “[Pensé] que estaba entrando en una nueva conciencia de pensamiento”.

Laurie se drogaba de cuatro a seis veces al día en ese momento y tenía un promedio de «D» en la escuela, sin embargo, se había sentido atraído por la vida que había elegido, hasta que un evento impactante lo sacudió.

“Un día, creo que me sucedió lo que probablemente todas las personas que consumen drogas temen”, dijo Laurie. “Tomé ácido una noche que tuve un mal viaje. Empecé a entrar en pánico. Empecé a volverme loco”.

Continuó: “La habitación comenzó a dar vueltas. Empecé a ver todas estas caras extrañas. Y seguí escuchando esta voz que me gritaba: ‘Vas a morir. Te vas al infierno. … Empecé a gritar”.

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