Cada semana, Hasika se reúne con 20 cristianos, a pesar de los desafíos que ello conlleva.
Los habitantes de Sri Lanka sufren la falta de productos de primera necesidad. Sin embargo, la iglesia se mantiene firme y hace lo que puede para servir a la comunidad. La fe de los cristianos no se mueve y continúan contribuyendo generosamente con lo poco que tienen.
La líder cristiana Hasika es un ejemplo de esta realidad. Es madre de dos hijos y lleva más de una década sirviendo fielmente en una iglesia local de Nugegoda, un suburbio de la capital de Sri Lanka, Colombo. Cada semana se reúne con otros 20 cristianos para discipularlos y animarlos en su fe. Le apasiona ayudar a los nuevos cristianos en sus primeros pasos con Jesús.
La crisis económica trajo nuevos retos. «Fue muy difícil visitar a los nuevos cristianos. El transporte público funciona en horarios restringidos debido a la crisis del combustible, que ha complicado los desplazamientos. Caminé casi 10 kilómetros para visitar a algunas familias», dijo Hasika.
Toda la familia se vio afectada por la escasez de combustible. «Mi esposo estuvo utilizando la bicicleta de nuestra hija para ir al trabajo. Apenas se sienta, pero es el transporte que tenemos sin combustible. Es un momento muy difícil para todos. La realidad de la crisis es mucho mayor de lo que muestran las noticias», dijo la cristiana.
A pesar de las dificultades, Hasika se mantiene firme en la obra del Señor. Cada domingo va al culto con el corazón lleno de alegría. Hay escasez de combustible en el país, pero la fe rebosa en el corazón de Hasika.