Dos mujeres que salvaron a dos niños de ahogarse en las aguas de una fuerte inundación está acreditando tal acción a Dios, quien los puso en el lugar y momento correcto.
Siendo conductora de autobús por 22 años, Simone Edmond, expresó a Fox News que había sido Dios quien le había enviado al lugar, el cual por lo general ella jamás visitaría y por consecuencia, todo hubiera sido distinto si no hubiese intervenido junto a la monitor del vehículo, Tekendria Valentine.
“Tuvo que ser Dios para enviarme de esa manera, porque normalmente no voy de esa manera”, expresó Edmond para los medios que cubrieron el suceso dentro de Dallas.
Según Valentine, el autobús estaba vacío cuando a ellos los llamaron a que encontraran a un niño que había perdido su autobús, sin embargo durante el camino hallaron una situación completamente diferente.
“Estábamos en el área, pensé que tal vez fuera una pérdida de tiempo. Pero luego, cuando vimos lo que vimos, pensé que tal vez Dios nos puso allí en esa área por esa razón”, expresó ella KDFW-TV.
Estando dentro de su autobús para niños con necesidades especiales, tanto Edmond como Valentine no dudaron en preparar el rescate de un niño y una niña, dentro del video se ve como con unas cuerdas y otras personas, los rescatistas improvisados cruzaron el agua contracorriente para salvar a los pequeños que estaban aferrados a unos árboles cercanos.
Allí, el padre de los dos pequeños estaba tratando de ayudarlos pero la fuerza del agua era mucho más fuerte, por lo que hubiera ocurrido una tragedia si el conductor y el monitor del autobús no se hubiesen desviado y tomado esa ruta.
“El niño pequeño estaba gritando, ‘Ayuda, ayuda’, y yo estaba como, ‘Oh, están atascados’ luego comenzamos a pensar que tal vez podamos atar los cinturones de seguridad y, ya sabes, ayudarlos», relató Valentine, quien no esperó llamar a emergencias para hacer algo de inmediato.
Vecinos de la zona también ayudaron con el rescate, tras ser liberador el niño pequeño fue realmente agradecido con sus rescatistas, en especial con Valentine, a quien pidió darle un abrazo; «El niño pequeño nos apreciaba tanto. Salió y dijo: ‘Por favor, quiero darte un abrazo. Quiero darte un abrazo’, y yo dije: ‘Está bien, puedes darme un abrazo’», dijo Valentine.
Aun sin saber nadar, ambos pusieron sus vidas en riesgo para salvar a los pequeños y llevarlos a casa como si nada hubiera pasado, «Como dije, tenía que ser Dios para enviarnos de esa manera y hacernos pensar porque sabíamos que necesitaban ayuda», finalizó Edmond.