Chuck Crismier hace una reflexión sobre los tiempos actuales y señala los movimientos que están en marcha para hacerlo realidad, citando la frase del banquero James Paul Warburg (1896-1969), «Tendremos un gobierno mundial, nos guste o no».
El pastor y autor Crismier es presidente de Save America Ministries y presentador del podcast ViewPoint. Save America se centra en «reconstruir los cimientos de la fe y la libertad de Estados Unidos» con mensajes de arrepentimiento y reconciliación.
Para Crismier, hay esperanza para una nación que se encuentra en un agudo desamparo moral y espiritual, sin embargo no hay manera de posponer los planes de Dios para un gobierno único al final de los tiempos.
Según las profecías, «la bestia tendrá poder para hacer la guerra contra los santos y vencerlos». Y se le ha dado autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación», dice Apocalipsis 13:7.
El pastor afirma que «un gobierno mundial ha sido el sueño y el dominio de los hombres a lo largo de los tiempos hasta la época actual, desde la Torre de Babel en el Génesis 11 hasta el anuncio del nuevo orden mundial en nuestra generación».
Según Crismier, el problema con la búsqueda de un gobierno global, no está en la naturaleza del gobierno en sí, ya que gobernar según los preceptos de Dios es algo bueno. El problema es cuando los gobernantes ya no tienen un pacto con el Creador.
«Así que los hombres idean sus propios caminos, tratando de crear un orden mundial utópico y prometiendo la paz en la tierra», señaló.
«La promesa y la esperanza de un orden global que dé paso a la paz mundial es profundamente atractiva para la mente natural. Después de todo, ¿quién en su sano juicio no anhelaría la paz para evitar un holocausto nuclear?», dijo.
«La batalla por el dominio continúa. El gran dragón [Satanás] está decidido a dominar el planeta para satisfacer su venganza personal contra Dios. Su determinación es «engañar al mundo entero» (Apocalipsis 12:9). Por eso, Jesús nos advirtió en sus últimas palabras antes de la crucifixión: «Tened cuidado de que nadie os engañe (Mateo 24:4)», dijo el pastor.
¿Cómo se llevará a cabo este diabólico engaño?, ¿qué tiene de malo la globalización?, ¿es posible discernir la diferencia entre la verdad y el engaño? El pastor responde señalando los discursos de algunos presidentes:
George Bush, que gobernó Estados Unidos de 2001 a 2009, por ejemplo, llegó a declarar que «un nuevo mundo estaba luchando por nacer» al referirse a un «nuevo orden mundial» o «una nueva era libre de terror, más fuerte en la búsqueda de la justicia y más segura en la búsqueda de la paz».
«Por más de 200 veces, Bush declaró sobre este ‘nuevo orden mundial’ durante su administración. Fue histórico. Era como si el mundo se hubiera quedado embarazado. El nacimiento llegaría en la «plenitud de los tiempos». El tiempo profético del cielo y el tiempo del falso evangelio de Satanás para seducir al mundo», dijo Crismier.
Asimismo adviertió que el evangelio de la autosalvación del hombre, la paz utópica y la seguridad global no son posibles sin el Dios de la Creación.
«Se prepararía un dios sustituto, diseñado democráticamente, sin dogmas ni doctrinas ofensivas para un mundo multicultural, religiosamente pluralista, que pretende la unidad global», continuó.
Crismier cree que existe un impulso de unidad global a todos los niveles que no tiene precedentes. «Esta presión ha alcanzado un punto álgido. Y las llamas de la fiebre mundial se avivan por una visión utópica de la paz y la prosperidad mundiales que hasta ahora ha escapado al alcance de la humanidad», dijo.
Este globalismo emergente se está forjando a partir de la multiplicidad de «ismos» que prevalecen en nuestro mundo, entre ellos el más significativo: el socialismo o comunismo que se están infiltrando en la ciencia, la política e incluso la religión.
Hay un esfuerzo inusitado por unir a todo el mundo y convencer a la gente de las ventajas de esta uniformidad.
El pastor también advirtió que se está predicando un «evangelio» del gobierno global en el que la unificación del mundo se describe como globalismo. «El gobierno global no es una teoría de la conspiración, sino una verdad confrontada», dijo.
«Sus raíces se nutren del deseo del hombre de romper la dependencia de su Creador y confiar en la ‘buena naturaleza’ de la humanidad para hacer lo correcto por el ‘bien común’ y así salvarse», explicó.
«Esto es anti-Dios porque niega la condición fundamental de pecado del hombre que necesita un salvador, transfiriendo la confianza final al ‘brazo de la carne’ que trae una maldición, según Jeremías 17.5«, aclaró.
«Satanás se apresura a introducir una alternativa, desviando inevitablemente nuestra atención de la fe auténtica a una falsificación carnal. Estamos muy abiertos al último engaño espiritual de Satanás, diseñado para enredar a judíos y gentiles por igual», continuó.
El engaño espiritual masivo se perfila como el puente final hacia una falsa «tierra prometida» de seguridad y prosperidad mundial.
«Los religiosos del mundo se combinan ahora para conducir incluso a los cristianos y judíos profesantes en las poderosas corrientes de «unidad» para el nuevo orden global de un Cristo falsificado», dijo el pastor.
«Como bien advirtió Jesús, ‘si fuera posible, engañarían incluso a los elegidos’ (Mateo 24:24). El globalismo es, en realidad, el «antievangelio», que coreografía un mundo cada vez más infiel, impulsado por los sentimientos, hacia una rebelión colectiva final contra Dios cuando el Anticristo toma el control. Es hora de preparar el camino del Señor», concluyó.
