El recién elegido presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, es una personalidad que se comprometió con una alianza de pastores de su país a “eliminar la ideología de género de las escuelas y a luchar por las vidas de los no nacidos.
Chaves, quien es economista y ganó con el 95% de las mesas escrutadas el pasado domingo, hizo un compromiso con un grupo de distintos pastores de Costa Rica en el que estaría protegiendo y defendiendo distintos aspectos que promueve la fe cristiana.
Todo ello ocurrió el pasado 25 de Marzo dentro del Templo Bíblico Internacional, en la comunidad de San José, dentro del marco del Foro Mi País, dirigido por el pastor Reynaldo Salazar; allí el político prometió lo destacado en las siguientes líneas:
“Yo, doctor Rodrigo Chaves, ante Dios, la Patria y los pastores presentes en este foro cívico, me comprometo a:
No apoyar, ni institucionalizar ni promover la ideología de género en el Estado costarricense.
No apoyar ninguna iniciativa que favorezca el aborto y la eutanasia.
Revisar los decretos sobre la fertilización in vitro y la norma técnica (sobre interrupción terapéutica del embarazo).
Eliminar la ideología de género del sistema educativo costarricense.
Permitir que el sector cristiano le proponga candidatos y sus currículos para ser valorados en posiciones de liderazgo en Educación, Salud y Relaciones Exteriores.
Colaborar con la Iglesia Cristiana Evangélica, sea de oficio, por decreto, reglamento o ley para que a las iglesias y ministerios de ayuda social evangélicos se les respete y facilite el funcionamiento y desarrollo de sus actividades en todo el territorio nacional, desde la Casa Presidencial y los diversos ministerios estatales.”
Tal documento fue firmado por el propio Chaves, acompañado de los pastores Reynaldo Salazar, como testigo de honor y también otros líderes como Guyón Massey, Juan Luis Calvo y Rigoberto Vega, pertenecientes a la Alianza Evangélica del país.
Tras su victoria, afirmó que “no es una medalla ni un trofeo, sino una enorme responsabilidad” además de pedirle a sus oponentes que pudieran trabajar junto a él para lograr “el milagro costarricense”.
Esperamos en Dios que el corazón de este nuevo presidente pueda ser dirigido por la voluntad del Señor y así Costa Rica pueda vivir bajo el propósito que el Señor tiene para ellos.