La Biblia nos dice que Dios no permite el divorcio. En las Escrituras, el matrimonio es un pacto, destinado a encarnar una señal de la unión entre Cristo y su iglesia.
La razón por la que esto es una pregunta para las personas, es porque saben que la Biblia dice que Dios odia el divorcio. En las Escrituras, el matrimonio es un pacto, destinado a encarnar una señal de la unión entre Cristo y su iglesia.
Jesús habló muy enérgicamente contra el divorcio, e incluso enmarcó la ley de Moisés que permitía el divorcio como una concesión temporal a la dureza de corazón, no como el plan de Dios para el matrimonio (Mateo 5:31–32; Marcos 10:2–12; Lucas 16:18)
En caso de que usted o alguien que a su alrededor esté viviendo esta situación, déjeme decirle que no es pecado divorciarse por abuso.
¿Qué dice la Biblia?
El apóstol Pablo aconsejó a los nuevos cristianos del primer siglo que no estaban obligados a dejar a sus cónyuges incrédulos (1 Corintios 7:10–16). Esos matrimonios no eran profanos, debido a que el cónyuge adoraba a algún otro dios; fueron santificados por el que adoraba al Dios vivo.
Si bien Dios nos ha llamado a buscar la paz y la reconciliación con todas las personas. Pablo escribió que en el caso de un cónyuge que se alejó, abandonando el matrimonio, el cónyuge restante debe «dejar que así sea», y no considerarse a sí mismo «atado».
Un cónyuge abusivo, de hecho, ha abandonado el matrimonio. El abuso es mucho peor que el abandono, involucrando el uso de algo sagrado (matrimonio) para fines satánicos.
El abuso de un hijo o de un cónyuge es exactamente lo que Dios condena en muchas partes de la biblia. Aprovechar el poder para herir a los vulnerables (Salmos 9:18, Isaías 3:14-15, Ezequiel 18:12, Amos 2:7, Marcos 9:42)
Al hacer abuso de tu pareja se desobedece lo que dice 1 Pedro 3:7, Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.
Los abusados en nuestras iglesias y en nuestras comunidades, necesitan vernos aplicando la Biblia de la manera correcta.