En medio de la peor tragedia que Rio Grande do Sul ha enfrentado, la ayuda divina se manifiesta a través de cientos de congregaciones que están brindando apoyo a las víctimas de las inundaciones.
En São Leopoldo, la Iglesia Evangélica Asamblea de Dios ha abierto las puertas de su centro comunitario para albergar a alrededor de 500 personas sin hogar.
Inicialmente, los bancos de la iglesia se utilizaron como camas, pero ahora el equipo de voluntarios de la iglesia ofrece comidas, un refugio para las mascotas y actividades recreativas para los niños que están siendo acogidos.
El miércoles (8), los creyentes llevaron a cabo un servicio con el fin de transmitir un mensaje de fe y esperanza a las familias alojadas en el templo.
«En medio de la calamidad, la palabra de Dios sigue irradiando luz y esperanza en los corazones afligidos», comentó Manassés Amarante, el predicador invitado que ministró, en Instagram.
Tras la predicación, 11 personas que se habían refugiado aceptaron el llamado y se entregaron a Cristo en el altar. Además, otros residentes cristianos que estaban pasando por momentos difíciles también recibieron fortaleza.
«Al ministrar la Palabra y las alabanzas, les estamos dando esperanza. Estamos viviendo una experiencia que Dios nos ha dado, de suplir nuestras necesidades», dijo el pastor Arnaldo, presidente de la AD São Leopoldo, durante una transmisión en vivo con Tía Jô Benites en Instagram.
«Dios convertirá esta tragedia en la salvación de almas», añadió.
La Iglesia Asamblea de Dios de São Leopoldo está aceptando donaciones de alimentos no perecederos, ropa de abrigo, ropa de cama, agua, artículos de limpieza e higiene personal en su Centro Comunitario en la Avenida Oitavo BC 694, Fião.
En toda Rio Grande do Sul, las iglesias se están uniendo para ayudar a las personas afectadas por las inundaciones que han golpeado la región en los últimos días.
Según el último informe de la Defensa Civil publicado el miércoles (8), las inundaciones han causado la muerte de 100 personas, dejando además a 372 heridas y a 131 vecinos desaparecidos.
Más de 200 mil habitantes de Rio Grande do Sul se han quedado sin hogar en 401 ciudades afectadas, con un total de 844.000 personas afectadas por las intensas lluvias.
La falta de agua, electricidad, alimentos y conexión a internet sigue siendo un problema para la población, con más de 750.000 propiedades sin suministro de agua en la región, según informa la Defensa Civil.