encuesta publicada recientemente por el grupo de investigación Paradigm muestra que el 43,2% de la población de Honduras se identifica como cristianos evangélicos.

El catolicismo romano ocupa el segundo lugar con el 38,2% de la población. La Iglesia Católica ha sido durante muchos años la religión mayoritaria, pero la comunidad cristiana evangélica ha ido ganando terreno en los últimos años.

El trece por ciento de los hondureños dice no pertenecer a ninguna denominación religiosa.

Honduras es el único país de América Latina que celebra el Día Nacional de la Biblia, este año se celebra el 26 de septiembre. En la fecha, los creyentes se reúnen en iglesias y espacios públicos para celebrar con servicios, oraciones y danzas.

El presidente de la Asociación de Pastores de Tegucigalpa (APT), Geraldo Irías, dijo que desde 1987 hemos “celebrado el Día de la Biblia” y este año el encuentro podría volver a ser presencial, con el control de la pandemia.

“Preparamos con anticipación algunas carros alegóricos, coreografías y danzas para el encuentro en el Estadio Nacional. Fue una bendición poder retomar esta acción en persona, nos sentimos muy felices porque hubo una gran participación”.

El predicador explicó que además de las actividades religiosas planificadas en torno a la predicación de la Palabra de Dios, se establecieron estructuras para ayudar con la campaña de vacunación del gobierno.

Pandemia

La comunidad evangélica tiene un fuerte papel social en el país, que se demostró durante la pandemia .

El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, agradeció a las iglesias evangélicas del país por apoyar a su gobierno durante la emergencia generada por la crisis de salud.

Según Hernández, el apoyo de las iglesias fue fundamental para enfrentar todos los problemas que la enfermedad le ocasionó al pueblo hondureño.

El Mandatario afirmó que los cristianos han colaborado desde el primer día de la crisis de salud, codo con codo en el proyecto Honduras Solidaria.

Hernández también agradeció al Centro Cristiano (CCI) de la iglesia evangélica por brindar sus instalaciones al Sistema Nacional de Gestión de Riesgos, para utilizarlo como centro de emergencia para atender a las víctimas.