El poder que tiene la oración a Dios es capaz de cambiar cualquier cosa o cualquier circunstancia cuando la fe está arraigada en que el Señor todo lo puede, exactamente esta misma convicción la tiene una misionera de Corea del Sur que adjudica el florecimiento de su nación a causa de esta herramienta espiritual.
Yon Hi Son, o mejor conocida como “Gina en Brasil”, es una misionera que ha viajado desde Corea del Sur hasta Brasil y allí se ha establecido para testificar lo que Dios ha hecho en su nación, lo cual atribuye a la oración.
Hi Son explicó que Corea del Sur estaba sumergida en una ola de delincuencia y corrupción inimaginable, por lo que supo que ponerse de rodillas ante Dios para clamar un cambio era la única solución; todo eso con apenas un 3% de cristianos dentro de un país que es caracterizado por la creencia budista.
Pero Dios en su majestuoso poder hizo que con 3% de cristianos sucediera un cambio significativo en las personas, en la economía y en personas sabias y honestas que pudieran llevar a su país por un camino de prosperidad y crecimiento, por lo que Gina asegura que el llamado de la iglesia cristiana en Corea es la oración.
Y aunque el cristianismo no es su creencia principal, el trabajo de los creyentes en el país ha hecho que progresivamente se pueda ver como la influencia cristiana está llenando al país en universidades, escuelas, hospitales, orfanatos y hasta las mismas iglesias, lo que ha logrado que ahora sean un 30% de cristianos en Corea.
La clave, según la misionera Hi Son, es el poder de la oración enfocados en bendecir la nación y no priorizar de más las necesidades personales, destacando que los mismos creyentes son los responsables del destino de su país.
«¡Solo ora! Los cristianos somos responsables del destino de la patria”, dijo tomando como referencia el verso bíblico de Timoteo 2:2 sobre orar para una vida tranquila, digna y pacífica.