Un jugador de fútbol obtuvo un milagro cuando sufrió un paro cardíaco mientras jugaba, pues todos los asistentes comenzaron a clamar por su vida mientras le daban atención médica.
Blake Rodehaver, quien es jugador de fútbol americano senior de Greenfield, Tennessee, se encontraba en un partido contra South Fulton cuando comenzó a sentirse mal de salud y justo 2 minutos antes de terminar el encuentro se desplomó en el terreno.
“Recuerdo que llegué a la línea de banda, miré al entrenador y dije: ‘No me siento bien. Algo no se siente bien’”, recordó él para Faihtpot.
Y aunque los entrenadores y demás comenzaron a atenderlo su corazón se detuvo, por lo que comenzaron a hacerle RCP para que volviera a la vida mientras su madre, Shonda, veía todo desde las gradas.
«La gente en las gradas me decía: ‘Creo que se está enfermando’ pero cuando llegamos al fondo, estaban haciendo compresiones torácicas”, contó su madre.
La escena provocó que tanto seguidores del equipo del chico como los contrincantes se unieran en oración por su vida, lo que conmovió profundamente a su madre.
“Todo el estadio se detuvo y comenzó a orar en ambos lados por los que estaban trabajando en él, y no tenemos palabras”, dijo ella.
Según el mariscal de campo senior, Matt Scates, desde que vieron como el chico manifestaba sentirse muy mal sabían que algo estaba sucediendo, por lo que de inmediato supieron que lo mejor para dicha situación.
“Comenzamos con una rodilla. Sabíamos que algo andaba mal. Una vez que vimos a todos apresurarse, supimos exactamente a dónde teníamos que ir, y eso era a Dios”, expresó Scates.
Incluso el equipo contrario, South Fulton, quienes conocían a Blake comenzaron a orar unidos por un milagro para su vida.
20 minutos después de tal intercesión, el corazón del joven comenzó a latir nuevamente, su padre atribuyó tal recuperación a la oración que todos juntos hicieron a Dios.
“Fuimos testigos de un milagro. No hay dos formas de hacerlo. Fuimos testigos de un milagro. Mi mensaje para todos es que Dios todavía está en el negocio de los milagros. Todavía está abierto. Él todavía está allí. Él salvó a mi hijo; no hay absolutamente ninguna duda al respecto”, aseguró Jason, el padre de Blake.
“Una vez que lo subieron a la ambulancia, prácticamente me alejé y caminé hacia atrás, y miré por la ventana. Stephanie Wilder, quien era nuestra gran amiga que estaba trabajando en él, me dio un pulgar hacia arriba y pronunció las palabras ‘pulso y respiración’”, agregó.
Llevado en una ambulancia aérea hasta Vanderbilt estuvo cinco días bajo supervisión y cuidados médicos tras el incidente, siendo sometido a distintas pruebas para hallar el porqué de lo sucedido; sus compañeros no dejaron de expresarle su apoyo en todo momento por medio de mensajes de texto.
Tal situación no solo le trajo un milagro a Blake y su familia, también hizo que él y su equipo conocieran el verdadero significado de la hermandad y comenzaran a cuidarse como una familia real, «Antes de que todo esto sucediera, ya sabes, éramos un equipo muy unido. Éramos una familia. Amo a mis compañeros, pero esa noche lo cambió todo. Nos convertimos en una familia legítima”, contó él agregando que la experiencia vivida está inspirando a sus compañeros a crecer juntos.
Los reportes médicos le mostraron a Blake una condición genética que está poniendo en riesgo su carrera como futbolista en su último año, aun así no pierde las esperanzas de mejorar y que el panorama de salud cambie para ver sus sueños hechos realidad en el deporte.
«Es difícil. Definitivamente es un gran golpe, especialmente en mi último año. Tenía muchas esperanzas. Pero todavía estoy aquí, y ese es el panorama general en este momento. No puedes jugar si no estás aquí, y estoy feliz de estar aquí”, finalizó.