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«Mi alma clamó a Jesús», testifica ex ocultista que se convirtió a Cristo tras 24 años de cautividad espiritual

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Jenn Nizza, quien ha pasado casi toda su vida de lleno en el ocultismo reconoció que como muchos otros, ella llegó a la hechicería por la ignorancia de lo que realmente representa un ritual espiritista; su primera lectura de cartas de tarot fue a los 13 años, comenzando un viaje que no fue como ella esperaba.

“Mi intención, como la de casi todos los médiums, siempre ha sido ayudar a otras personas. Pero muchos ingresan al mundo del ocultismo porque no saben que hay realmente detrás de las entidades espirituales que se presentan en esas ceremonias”, expresó ella para el podcast “Playing With Fire” (Jugando con Fuego).

“Creo que este es el primer error. Los médiums, en su mayoría, son personas compasivas y agradables. El mal que permitieron es de alguna manera un bien. Satanás se disfraza de ángel de luz y vosotros lo creéis siervo de la justicia”, añadió ella, quien ahora es cristiana.

Reveló que como ex médium conoció que realmente los espíritus malignos no pueden predecir lo que ha de acontecer más adelante, sin embargo tienen gran capacidad para la adivinación y para fingir que son personas muertas que tienen conocimiento de detalles mínimos de las personas a las que están engañando.

“No hay buen espíritu hablando con un vidente. Se disfrazan e imitan a sus seres queridos fallecidos. Cuando se siente como si estuviera hablando con su papá, mamá o abuela, se siente bien y cómodo», explicó.

Ahora que ella conoce la verdad de todo en lo que estuvo involucrada, muy seguido se conmueve por la cantidad de personas que buscan una solución dentro de los servicios psíquicos, ya que ella experimentó de primera mano la depresión y otras dificultades causadas por el ocultismo hasta que tuvo un encuentro con Cristo, no como un espíritu o manifestación espiritista sino como el Dios vivo que está en la Biblia.

“Estaba en el punto más bajo de mi vida, en uno de los momentos más oscuros. Pero mi alma y mi espíritu supieron clamar a Jesús. Y yo lo necesitaba”, contó ella enfatizando que siempre que tiene la oportunidad no deja de compartir su testimonio con otros.

“No clamé a una persona fallecida, a un guía espiritual o a un ángel. Clamé a Jesucristo y Él realmente apareció”, expresó para Faithwire.

Entonces cuando tuvo 37 años finalmente conoció la bondad del Señor, y encontró verdadera libertad al adorar a Dios mientras que en el ocultismo estaba oprimida, “El Evangelio es lo que salva”, dijo.

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