Cirujano cardiovascular con 3 décadas de experiencia, Orlando López de Victoria, oriundo de Puerto Rico, dice que si bien puede realizar las cirugías, la recuperación y sanidad depende totalmente de Jesús.
Descubrió su pasión por la cirugía y la cardiología luego de que descubrieran en él ciertas cualidades y aptitudes para ello, por lo que se motivó a irse por esa rama de la medicina, y aunque es todo un profesional, él se considera un servidor de Cristo.
Confiesa que antes de iniciar una jornada laboral, López ora e invita a Dios al lugar para que se manifieste y sea el quien obre a través de sus funciones médicas.
Asimismo trata de instar a sus colegas a entregar su cargo en las manos de Dios y a ser usados por el Señor en distintas áreas de la medicina.
El doctor contó que en su formación como cirujano, habló con distintos pastores y Dios les dió el mensaje de que éste sería usado y que debían ungirle las manos.
En distintas ocasiones, varios pacientes morían y resucitaban diciéndole la doctor que «Jesucristo estaba del otro lado», algo que ha escuchado varias veces y que le impresiona la cantidad de personas que le dicen lo mismo.
Y aunque en Puerto Rico al parecer no hay muchos cirujanos de su especialidad, Ada día pide a Dios la fuerza para seguir con su profesión y ayudar a cuántos lo necesiten; expresó que se siente cansada pero dice que «Jesús pasó lo peor» y así puede tranquilizarse.
Entiende que su obra, más que médica, es misionera, y por eso les para que otros como él puedan servir al Señor también.