Por medio de una carta, el presidente Vladimir Putin pidió a Israel que ceda el control de la iglesia Alexander Nevsky, la cual se ubica en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
La misiva que fue enviada el domingo por la noche a Naftali Bennett, primer ministro de Israel, exige que la Iglesia Alexander Nevsky, perteneciente a la Iglesia Ortodoxa Rusa, sea devuelta a manos rusas debido a una promesa hecha por el ex primer ministro, Benjamin Netanyahu.
La Catedral de la Santísima Trinidad, como también se le conoce, está ubicada dentro de un complejo ruso en un barrio cristiano de Jerusalén; pero el solo pensar en la transferencia de tierras de la iglesia supone una gran cantidad de problemas diplomáticos para Israel debido a la decisión de Occidente en aplicar sanciones contra Rusia por la invasión a Ucrania.
Tan solo un día antes, el canciller de Moscú criticó que su homólogo israelí, Yair Lapid, los haya acusado de “crímenes de guerra” con su vecino país; éste dijo que Israel “usaba a Ucrania para encubrir su propio conflicto con los palestinos” convocando al embajador Alexander Ben Zvi para una “reprimenda”.
La promesa de Netanyahu a Putin fue que Rusia podría hacerse cargo de la propiedad en 2020 a cambio de lograr la liberación de Naama Issachar, mujer israelí que está detenida en el país por cargos de tráfico de drogas.
Para diciembre de 2019, Israel transfirió el patio de Alejandro a la Sociedad Palestina Imperial Ortodoxa Rusa, al mes siguiente Putin firmó el indulto de Issachar.
El complejo en si fue una gran disputa entre organizaciones que preside la Iglesia Ortodoxa, y en el mes pasado el juez del Tribunal de Distrito de Jerusalén, Mordechai Kaduri, canceló dicha transferencia al gobierno ruso.
El gobierno israelí ha argumentado que la Federación Rusa es la sucesora del gobierno imperial ruso, que se registró como propietario durante el dominio otomano.
Por su parte, el gobierno israelí argumentó que la Federación Rusa es la sucesora del gobierno imperial ruso, el cual se registró como propietario durante el dominio otomano.
Sin embargo, la Sociedad Ortodoxa Palestina de Tierra Santa, propietaria del sitio hasta su transferencia al actual gobierno ruso, presentó una demanda argumentando que la transferencia de propiedad era política.
El juez Kaduri expresó que Bennett tendría que tomar una decisión porque es un asunto diplomático; por su parte, Rusia afirma que “lucha por el regreso del complejo, pero es muy difícil”.